Festival Voz Joven 2018
Fuente: Malon/Facebook |
Guaranda
se está convirtiendo en un destino ineludible para las almas que engendra el
rock, anualmente se han venido desarrollando eventos con un montaje de calidad.
Esta vez el “Colectivo Guambra,” con el patrocinio de la empresa pública y privada, entrego un magnánimo
festival, bautizado como “Voz joven” siete ediciones atrás. El
objetivo del festival es abarrotar de
cultura y dinamizar la economía de la ciudad de las siete colinas, señala
“Pato” Vasconez, cabecilla del colectivo organizador.
La
planificación estuvo compuesta por una serie
de actividades relacionadas con
la música; conversatorios, feria de emprendimientos, concierto infantil,
encuentro nacional de motos, DJs y Bandas en vivo, presentados en diferentes localidades,
desde el 14 a 17 de marzo de 2018.
El
día viernes 16, el escenario denominado Ciudad fiesta, exhibía un cartel sui
generis en el que resaltaban artistas de música electrónica, reggae, ska,
cumbia y derivados de géneros urbanos. La agrupación Papaya dada fue la
encargada de llevar el estandarte de la jornada, buena dosis de latin jazz, cumbia,
funk y salsa de los autoproclamados precursores de la chicha radioactiva. Gran
convocatoria de público que logro abarrotar la plaza 15 de mayo.
Ciudad rock: Absolviendo a
Malón ante los Headbangers Ecuatorianos
El
sábado 17, llegó el turno del bastardo más rudo del rock, Voz joven anunciaba nueve bandas que blanden la insignia del heavy
metal nacional y como plato fuerte Malon de Argentina. Personalmente era el día
de recompensa al sacrificio de 8 horas
de traslado y alimentos de dudosa ingesta adquiridos en transporte público.
Condenando
la mal reputada hora ecuatoriana, el concierto dio inicio a régimen de horario, justo cuando el sol estaba en su
punto más alto. Comadreja blues serian los encargados de desenrollar la lona, tocando
en su mayor parte covers de hits en
español e inglés, Seguido por el bien ejecutado rock instrumental de los
Cuencanos, Juegos de ira. La descarga de energía despunto con K-fir, Scavenger
y Prevalecer, bandas noveles que pretenden
dejar su huella en el panorama nacional.
Fuente: Profecia/Facebook |
La
esperada y algo decepcionante presentación de los Profecía fue un ascensor
desbocado, con altos y bajos, parece que el cuarto de siglo que llevan de
trayectoria está acabando con el gas de la banda guayaquileña, aun así el moshpit no se hizo esperar en sus
temas más emblemáticos. Los tragos de pájaro azul, introducidos de contrabando,
estaban haciendo su efecto cuando zigma detonador pisaba el tablado, el
frontman, Cesar Vélez, se convertía en maestro de ceremonias para dirigir el
vórtice en el que se estaba convirtiendo la plaza con la descarga de metal
duro.
Fuente: Zigma detonador/Facebook |
Mortuum |
La
tregua de media hora, en la que pudimos apreciar los caballos de acero del club
iron riders, fue cortada por los primeros acordes
del abrumador black/death metal
de la banda atuntaqueña, Mortuum, quienes no defraudaron, tanto en términos de
ejecución y presencia, al crear un ambiente oscuro, agresivo y demoledor que
hizo vibrar al honorable. El ambiente estaba más que caliente, pero había más,
ya entrada la noche saltaban a la
palestra Madbrain, poderosos blasts de batería, cambios de tiempo, voces
guturales, rasgadas y melódicas. Respiro,
aquí y ahora, tu verdad y payaso,
se han convertido en temas esenciales de la formación quiteña de hardcore.
Los oídos estaban listos para el acto final, ergo,
era turno de los protagonistas de la noche. Malón venía a redimirse del nefasto
concierto interrumpido por actividad volcánica en Latacunga en 2015; Después de
tres años venían por la revancha, Quito respiraba conformidad por el show
brindado la noche anterior, le tocaba a Guaranda. A luces apagadas, sobresalía
el potente galopar de batería aporreado por el corpulento Pato Strunz, marcando
la obertura de nuevo orden mundial, tema homónimo extraído del más reciente
trabajo de los thrashers de tierras gauchas. El último en aparecer fue el
imponente Claudio O'Connor, al inicio un poco falto de energía, pero el
vocalista se recuperó mientras iban sonando El infierno de ayer y Mi digna
lealtad, también de su última placa, después de las cuales O'Connor
expresaba en un corto monologo: Un
orgullo estar aquí uniendo Latinoamérica a través de la música.
Malon - Fuente: Club Iron Riders |
Bajo el
dominio del danzante fue el latigazo con el que empezaron a desempolvar sus
temas clásicos, uno a uno iban retumbando, Castigador
por herencia, Grito de pilaga, Síntoma de la infección y Gatillo fácil. La atmósfera se tornó conmovedora
a la vez que aplastante cuando Tano Romano y compañía interpretaron los
primeros riffs de Robo un auto, pieza
musical de Hermética, el gran pilar del
metal argento, A la par empezaba un juego de pirotecnia de algún
entusiasta fan para completar el rito.
Los
ex miembros de la inmortal “H” ofrecieron un puñado de emociones y pogo con Vientos de poder, Memorias de siglos,
Evitando el ablande, Soy de la esquina, adornaban el set list hasta cerrar la edición con una
sobria, Tú eres su seguridad. Una
brutalidad de espectáculo que termino con aplausos y ovaciones cargados de
esperanza de que se vuelva a repetir.
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