Almetal - Primer Golpe (2008)
La
efectividad de los ingredientes básicos
Desfilo entre cabellos largos, prendas
de cuero y logos ilegibles en remeras desteñidas, con los últimos acordes de un thrash metal de ejecución bastante
lánguida. ¡Eso es, Riobamba!, bufa el
vocalista, (No entiendo a qué se refiere, el apoyo del honorable ha sido tan
anémico como su interpretación) dando por terminada su presentación. No es el
recital más memorable, ni el recinto más propicio, pero a lo largo de los años he sido un acérrimo asistente de la “fiesta
underground” por dos razones, el libertinaje propio de los festivales heavy
metal y descubrir bandas que provoquen
el escozor melómano.
A pesar de que el tiempo entre banda y
banda, llega a ser bastante engorroso, aprovecho el espacio para cumplir con
diligencias propias del rito semi-clandestino en el que me encuentro, consumir alguna
sustancia para perpetuar el mito Sexo, drogas…
realizar alguna actividad biológica
básica, como vomitar, o fisgonear en
algún puesto de merchandising, por llamar de alguna manera al “parche” de aquel entusiasta que encontró la forma de
financiar sus ansias de música en vivo; al instante voy a dar de frente con el
puño que estiliza la portada de Primer
golpe, el génesis en la travesía discográfica, de los Quiteños, Almetal. Una reducción
presupuestaria en mi plan de ingesta alcohólica, posterior al evento, materializan
la adquisición del disco.
El trofeo obtenido en mi aventura
metalhead, es un tren que va con las revoluciones al límite en todo momento, speed
metal, de principio a fin y liricas propias del true metal en los 10 temas. La
pieza-título es la detonación de salida, tremebunda base rítmica, guitarras
afiladas, bajo a punto de ser destripado y batería constantemente a doble bombo.
La metralleta cambia de nombre y acordes, mas no da respiro a las cervicales
intentando seguir el ritmo; Calles,
como bautizaron su segundo corte, es un reproche a las vivencias diarias en la
arterias de la urbe nacional. Así mismo, arremeten con temáticas más picantes
en Falsa fe, un garrotazo a la
religión y sus falacias.
Un desprecio bastante íntimo hacia los
impostores del género, llega con No más
posers, donde la daga que más hinca son las cuerdas vocales, un arma de
registros nada prodigiosos, alcance más bien estándar, gritos sin exagerar,
simplemente cumpliendo con el objetivo que plantea la parte instrumental. El
medio tiempo resalta el (Yo) rebelde, característico de los emisarios de la
pureza heavy, con acostúmbrate, sigue,
hijo de judas señalando su repudio a la ingratitud, himnos devastadores
de corta duración, al igual que el norte
oprime, un crudo rechazo a la practicas políticas de la potencia mundial
norteamericana, personalmente me quedo con estos dos últimos temas por las
estructuras que reclaman un buen pogo.
Thrash metal de índole sudamericano se
respira en Acabemos, las guitarras vicia
el ambiente con distorsión, entre tanto que la voz exhala algún aullido
gutural. El telón toma forma de bonus tracks, con composiciones extraídas de algún
demo promocional, primero almetal, una
breve auto descripción, después la
leyenda, la historia patria del obrero que pactó con el diablo.
Almetal - Hijo de judas
Primer
golpe, es un disco que ha cumplido ya una década y no ha
perdido ni el espíritu ni la elocuencia, profesa ese sonido clásico, gestado en
los 80, como garantía, no contiene ninguna revelación que pueda maravillarnos, simplemente
emerge como estampida sonora provocada por ritmos veloces, un tándem de sonidos
cabalgantes; La producción dista de la excelencia pero junto con la portada
trasmiten el propósito de ser el latigazo que induzca el derroche de energía del
escucha.